Durante el experimento se recopilaron 116 moscas, 53 de la especie 
‘Musca domestica’   (mosca doméstica) y 63 de ‘Chrysomya 
megacephala’ (mosca azul o de la carne), procedentes de áreas 
urbanas, rurales y zonas naturales. Después, un equipo multinacional
 de investigadores llevó a cabo pruebas de ADN con el objetivo de 
examinar la presencia de patógenos.
Los análisis genéticos permitieron identificar hasta 351 tipos de 
bacterias en ejemplares  de la mosca doméstica (común en todo 
el planeta) y en  especímenes de la mosca azul  (propia de climas
 cálidos), de las cuales 316 variedades de esos microbios se 
detectaron  en los dos tipos de moscas.
Según los científicos, las moscas analizadas (todas carroñeras) son 
capaces de  transportar bacterias de un sitio a otro a través de sus 
patas y alas. Varios de los patógenos hallados están asociados a 
infecciones cutáneas y urinarias, así como a úlceras intestinales, 
neumonía e incluso  cáncer de estómago. ( Por  Grandes Medios )