sábado, 31 de diciembre de 2016

Impresoras en '3 D' para tratar los huesos rotos




Huesos artificiales en 3D. La tecnología facilita cada vez más el desarrollo de la medicina, en campos tan complejos como la cirugía traumatológica. Las impresoras 3D, desde las más sofisticadas a las más sencillas, que cualquiera puede tener en su caso, están revolucionando esta especialidad. Y los principales beneficiados son los pacientes, pero también los profesionales médicos, que disponen de un campo de pruebas impensable hasta ahora. El futuro ya ha llegado.
Uno de los pioneros en este campo en España es el equipo del llamado «mago de las rodillas», el doctor Mikel Sánchez. Por su consulta de la Unidad de Cirugía Artroscópica (UCA) ha pasado el mismísimo Rafa Nadal para tratar sus problemas de rodilla y desde hace más de cuatro años ha incorporado la impresión en 3D a su rutina clínica. «La incorporación de la impresión en 3D ha permitido que abordemos cirugías impensables hasta la fecha». Según Sánchez, se evitan los procedimientos quirúrgicos aproximados, se reducen los tiempos en quirófano a casi la mitad y la recuperación de los pacientes es mucho más rápida.
¿Pero qué es realidad la impresión en 3D en cirugía traumatológica? Se trata, señala a ABC el cirujano, de adelantarse a la cirugía gracias a la impresión de los huesos que se van a operar posteriormente. «Hacemos la intervención antes, gracias a que podemos saber cómo va a quedar el hueso gracias a que hemos trabajado con una reproducción exacta del paciente. Nos permite hacer las placas o los tornillos a medida, sin margen de error», y sin necesidad de correcciones de última hora durante la intervención. En una palabra, «dejas de improvisar».

Simulación virtual

Su centro ha logrado solucionar lesiones óseas hasta ahora irreparables gracias a la simulación virtual y posterior impresión 3D de huesos mediante la tecnología de Mizar, compañía especializada en fabricación aditiva. La fabricación aditiva es un nuevo concepto de manufactura en el que el material, plástico o metal, es depositado de manera controlada capa a capa para conseguir una forma en 3D definida previamente en ordenador . Su caso más exitoso, comenta, es el de una paciente que se rompió el fémur y tras haber sido operada se le había formado un callo vicioso. «Hasta la llegada de esta tecnología no se había podido tratar», comenta.
Sánchez explica que el proceso comienza con un TAC o escáner a la lesión del paciente. «La imagen obtenida se envía a un ordenador en el que se hace una primera simulación virtual de la cirugía», a partir de la cual «se fabrican dos piezas, una reproducción de la lesión antes de la intervención y otra tras la corrección, y, si es necesario se desarrolla también la placa moldeada. Estas piezas se reciben en el hospital donde se realiza, finalmente, una valoración preoperatoria y se planifica la intervención para asegurar la correcta recuperación de la lesión». «Podemos intervenir con una exactitud del 100%», destaca.

Herramientas domésticas

Evidentemente este tipo de impresión 3D tan sofisticada tiene un importante coste, aunque como subraya Sánchez, «mucho menor al de una reintervención, con sus gastos hospitalarios». De ahí que algunos centros, como el Hospital Gregorio Marañón, hayan empezado a trabajar con impresoras 3D domésticas, mucho más económicas. «Se trata de usar herramientas domésticas, al alcance de cualquiera, a la medicina», explica Rubén Pérez Mañanez, de la Unidad de Tumores Músculo-Esqueléticos del hospital madrileño.
La impresión 3D doméstica, indica el cirujano, permite realizar en el propio hospital modelos médicos a escala real, que representan fielmente la anatomía osteoarticular de cada caso, facilitan la planificación prequirúrgica y mejoran la precisión de la técnica quirúrgica. Además, los profesionales de este centro han implementado el uso de impresoras 3D para la realización de guías quirúrgicas a medida, la resección tumoral y el tallado de injertos óseos. ABC Ciencia
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